Turnitin y PlagScan
El
'software' de pago permite cotejar un documento con millones de textos
científicos y de la web para detectar posibles copias
Turnitin
Es un servicio de prevención
de plagio en internet creado por iParadigms, LLC, lanzado por primera vez en
1997. Típicamente, las universidades y los institutos compran
licencias para enviar ensayos al sitio web de Turnitin, el cual
revisa el documento en busca de contenido no original. Los resultados pueden
ser usados para identificar semejanzas a fuentes existentes o puede ser
utilizados en la evaluación formativa para ayudar a los estudiantes a
saber cómo evitar plagio y mejorar su escritura.
La compañía matriz,
iParadigms LLC, también ofrece un servicio similar de detección de plagio para
editores de diarios, de revistas y libros, llamado iThenticate, y mantiene el
sitio web informativo Plagiarism.org.
Otras herramientas incluidas
en la suite de
Turnitin son los servicios: GradeMark (clasificación on-line y retroalimentación)
y PeerMark (revisión por pares). Turnitin lanzó WriteCycle Suite el 3 de
febrero de 2009. WriteCycle permite la Comprobación de Originalidad con su
servicio on-line GradeMark y las herramientas de PeerMark. Turnitin lanzó
Turnitin2 el 4 de septiembre de 2010, disminuyendo la nomenclatura WriteCycle.
¿Cómo funcionan estos
programas? En el caso de Turnitin, los usuarios
cargan en la herramienta los documentos que quieren cotejar. A veces la
solución está integrada en las plataformas virtuales en las que los alumnos
suben sus trabajos, como Moodle o Blackboard. Esos soportes analizan
directamente los documentos antes de pasárselos al profesor. Un docente de
la Universidad Complutense de Madrid, que prefiere que no se publique su
nombre, asegura que en su facultad los alumnos cuelgan sus trabajos en un
sistema que lo controla directamente. “A los profesores nos mandan e-mails diciendo que
los trabajos de final de grado y de máster pasan por esas herramientas. Si se
encuentra algo, se informa al profesor”, añade. Una portavoz de este centro
añade que se analizan automáticamente los trabajos y las tesis doctorales, y
que se hace por defecto, en cuanto el alumno sube su texto al aula virtual.
¿Cómo se ven los resultados y
qué significan los porcentajes de posible plagio? La
herramienta busca las cadenas de texto y las comparan con los documentos de sus
bases de datos. El usuario recibe como resultado el documento que ha comparado
y, si hay coincidencia, se marcan en otro color los fragmentos que coinciden.
El porcentaje final es el tanto por ciento de todo el texto que aparece en otro
documento.
¿A partir de qué porcentaje hay
plagio? Depende del campo de estudio, afirma el
director de PlagScan. "Un 20% de coincidencia en campos como el Derecho,
donde es habitual citar literalmente fragmentos largos de jurisprudencia, no debe
extrañar", afirma. Pero en campos como las ciencias naturales, por encima
de un 3% "puede ser indicativo de posible copia". "Es difícil
dar un porcentaje por encima del cual se pueda decir que no es aceptable",
afirma un profesor universitario que ha usado Turnitin asiduamente y prefiere
guardar anonimato. “[El porcentaje] es muy relativo. El programa
te da un porcentaje global y porcentajes de cada sitio del que encuentra
contenido. Puedes haber cogido el 10% de un sitio, el 15% de otro. Si te da una
suma tremenda tienes un problema, pero también lo tendrías si de uno de esos
textos has plagiado el 50% o más. Se valora teniendo en cuenta ambas cosas”,
asegura.
Pero también hay que tener
en cuenta si las citas están bien atribuidas a las fuentes. Si se menciona
correctamente a los autores, no cabría hablar de plagio. Una portavoz de la
Universidad Complutense de Madrid explica que los informes de los trabajos
llegan directamente al correo de los profesores, y que luego son estos los que,
basándose en "su experiencia profesional y el sentido común" deciden
qué parte de esa coincidencia detectada por el programa es plagio o simplemente
una cita. "No hay establecida una norma general; se aplica según el
criterio del profesor", añade.
¿Cuánto tarda el análisis? Muy
poco. Un profesor universitario que ha usado Turnitin asiduamente y
prefiere guardar anonimato califica la herramienta de "rapidísima" y
"de resultado casi inmediato": "Es impresionante. Tarda
segundos en analizar trabajos de 300 páginas”, asevera.
¿Cuánto cuesta usar estas
herramientas y cuántas personas pueden acceder a ellas? PlagScan ofrece la posibilidad de pago por estudiante, con un
coste aproximado de 1,5 euros por cabeza, o también por volumen de consulta:
cotejar un millón de palabras tiene un precio de unos 250 euros. En
el caso de Turnitin, el precio depende del número de usuarios a los que se
brinda el acceso. Hasta 1.000, el precio anual de la herramienta es de 5.000
euros. Se trata de una tarifa plana, con precio fijo con independencia del
número de consultas que se gestionen. La empresa gestiona también licencias que
permiten el acceso a todos los usuarios de un campus. Esos acuerdos rondan los
100.000 euros anuales. La empresa no revela quién, entre sus clientes
españoles, tiene contratada esa modalidad.
¿Con quién tienen contrato en
España? Turnitin trabaja con
editoriales y universidades como la Complutense y la Autónoma de Madrid, la
Politécnica de Valencia, Sevilla, Granada, Salamanca y Pompeu Fabra de
Barcelona.
¿Con qué documentos se
comparan? Básicamente, los documentos cargados se
comparan con tres tipos de fuentes en el caso de Turnitin: el material
disponible en la web abierta (Wikipedia –Turnitin asegura que tiene indexado el
100% de la enciclopedia virtual–, El
Rincón del Vago, National
Geographic y los repositorios de tesis doctorales publicadas
en abierto), los documentos académicos y científicos subidos a plataformas como
Elsevier, Science, Epsco, Emeral o Proquest, y, finalmente, otros trabajos
subidos por los estudiantes de las universidades que están suscritas a la
herramienta. En este caso, aseguran fuentes de la empresa, esos documentos se
suben a la base de datos solo si las universidades lo autorizan. En el caso de
PlagScan se basan en cuatro pilares: la web (usan la herramienta de Microsoft
de indexación, pero también una propia de la compañía), el total de todo lo que
cargan los usuarios, si lo autorizan, y lo que han cargado otros clientes
(también si lo autorizan), además de contenidos de editoriales científicas.
Plagscan afirma contar con unas 30.000 publicaciones. La base de Turnitin se
alimenta cada día con de 15.000 a 20.000 nuevos documentos, según fuentes de la
empresa.
¿Y si se plagia de otro idioma? Aquí
las herramientas se topan con una dificultad enorme, aseguran desde PlagScan.
"El problema no se ha solucionado todavía, y el cotejo no es perfecto en
ningún idioma". El problema es que de un mismo texto fuente pueden hacerse
muy diferentes traducciones. Una de las posibles soluciones para sortear este
inconveniente está en comparar no solo cadenas literales de texto, sino también
coincidencia de ideas, aunque no se expresen literalmente igual.
¿Qué se puede escapar? Ninguna
empresa cuenta con el 100% de acceso a la
producción científica y académica. Además, no todos los contenidos están
totalmente digitalizados o con sus textos en formato comparable. Desde PlagScan
creen que se detecta el plagio en un 70% de las veces. El 30% restante se
escapa.
¿Qué otros aspectos, además de
la coincidencia, alertan de un posible plagio? Los
algoritmos de análisis valoran también la forma de expresarse de un autor (por
ejemplo, las estructuras gramaticales más usuales que emplea). Si en un mismo
texto un párrafo se sale de ese patrón, se alerta de posible plagio. Pero hay
que recordar que la paráfrasis es habitual en los textos académicos, y no
implica plagio. "¿Cuál es la diferencia entre una traducción y una
paráfrasis? Es muy difícil de determinar", afirma Markus Goldbach.
Fuente
Bibliográfica:
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