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lunes, 20 de mayo de 2019

BIG DATA

 BIG DATA

El Big Data es el análisis masivo de datos. Una cuantía de datos, tan sumamente grande, que las aplicaciones de software de procesamiento de datos que tradicionalmente se venían usando no son capaces de capturar, tratar y poner en valor en un tiempo razonable.

Igualmente, el mismo término se refiere a las nuevas tecnologías que hacen posible el almacenamiento y procesamiento, además de al uso que se hace de la información obtenida a través de dichas tecnologías.

¿DE DÓNDE VIENEN LOS DATOS?

 La información disponible a nivel mundial han crecido de manera exponencial en los últimos tiempos. Pero… ¿de dónde vienen esos datos? Hay múltiples fuentes. Destacaremos las siguientes:

Ø  Producidos por personas: Mandar un email, escribir un comentario en Facebook, contestar a una encuesta telefónica, meter información en una hoja de cálculo, responder a un WhatsApp, coger los datos de contacto de un cliente, hacer clic en un enlace de Internet… Infinidad de acciones que realizamos en el día a día suponen una fuente de datos inmensa.

Ø  Entre máquinas: Sí, entre máquinas también se comparten datos directamente, en lo que se conoce igualmente como M2M, que viene del inglés «machine to machine». Así, los termómetros, parquímetros y sistemas de riego automático de las ciudades, los GPS de vehículos y teléfonos móviles, las máquinas expendedoras de bebidas y alimentos en un hospital, o los contadores de electricidad de las viviendas, por poner unos pocos ejemplos, se comunican a través de dispositivos con otros aparatos, a los que transmiten los datos que van recogiendo. Las redes de comunicación para llevar a cabo estas acciones son muy variadas. Entre las más conocidas están el Wifi, el ADSL, la fibra óptica y el Bluetooth.

Ø  Biométricas: Los datos que tienen como origen artefactos como sensores de huellas dactilares, escáneres de retina, lectores de ADN, sensores de reconocimiento facial o reconocimiento de voz. Su uso es muy extendido en materia de seguridad en todas sus variantes (privada, corporativa, militar, policíaca, de servicios de inteligencia, etcétera).

Ø  Marketing web. Nuestros movimientos en la Red están sujetos a todo tipo de mediciones que tienen como objeto estudios de marketing y análisis de comportamiento. Por ejemplo, cuando se realizan mapas de calor basados en el rastreo del movimiento del cursor por parte de los usuarios de una web, en la detección de la posición de la página, o en el seguimiento de desplazamiento vertical a lo largo de esta. Con esos datos se llega a conclusiones tales como qué partes de una página atraen más al usuario, dónde hace clic o en qué zona de esta pasa más tiempo.

Ø  Transacciones de datos. El traspaso de dinero de una cuenta bancaria a otra, la reserva de un billete de avión o añadir un artículo a un carrito de compra virtual de un portal de comercio electrónico, serían algunos ejemplos.

Así, con todas estas fuentes de datos descritas, puedes imaginar que la cuantía de ellos es tremenda. Y aún así, probablemente te quedes corto en tus cálculos.

Para que te hagas una idea, y centrándonos únicamente en una pequeñísima porción de los datos producidos por las personas, en el año 2017, durante un solo minuto, de promedio y a nivel global, se enviaron 156 millones de correos electrónicos, se realizaron 3 millones y medio de búsquedas en Google, se mandaron 16 millones de SMS, se postearon 46.200 nuevos contenidos en Instagram, se generaron 452.000 tuits y se publicaron 1,8 millones de snaps en Snapchat.

¡En un minuto! Multiplica eso por los 525.600 minutos que tuvo el año y añádele los miles de ejemplos adicionales que no hemos puesto aquí. ¿Parece inabarcable verdad? Pues lo iba a llegar a ser, y en previsión de evitarlo, ante una necesidad nueva, apareció una solución nueva: el Big Data.

Fuente Bibliográfica:

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